
BOSQUEJO DE LA HISTORIA DE FERNÁN CABALLERO.
BOSQUEJO DE LA HISTORIA DE FERNÁN CABALLERO. POR D. Alberto Jiménez Ruiz y Dña. Mª Patrocinio Jiménez Ruiz.
El pueblo de Fernán Caballero os estará eternamente agradecidos.
-BOSQUEJO DE LA HISTORIA DE FERNÁN CABALLERO-
Tras el pregón de Ferias Y Fiestas de mi hermana Mª del Patrocinio y dada la buena acogida que tuvo, la Junta Municipal a través de la Sra. Alcaldesa, nos solicitó que hiciésemos un esquema de nuestro libro.
Dada la situación, entre los dos, nos propusimos crear una especie de esbozo del mismo, para hacer llegar de forma más sencilla todo su contenido.
Como arranque fundamental, os diremos que la historia de los pueblos va a configurar su forma de ser, de comportarse y de manifestar sus sentimientos. Así, pues, vamos a conocer nuestra HISTORIA.
Tras los muchos años de estudio que hicimos cuando trabajamos sobre la historia de nuestro pueblo, y cuyo resultado fue ese volumen de 1000 páginas con mapas, imágenes, pirámides poblacionales, gráficos, estadísticas, estudio urbano, socio-económico, etc, etc….en fin multitud de datos, que nos fueron aclarando todos los acontecimientos de NUESTRA HISTORIA, de la mano de la HISTORIA DE ESPAÑA, hemos sacado las siguientes conclusiones.
En primer lugar, no olvidemos nunca que la Historia la hacemos todos los días cada uno de nosotros. El pueblo, la gente de a pie es el protagonista de la Historia. Somos como una familia numerosa, en donde cada hijo es distinto y cada uno da de sí, según sus talentos, pero que todos formaran un hermoso grupo.
La historia de nuestro pueblo es un botón de muestra de lo que estamos diciendo. Somos un pueblo pequeño pero fuerte; muy interesante para “el hispanista” que quiera acercarse a indagar la historia de España.
Dicho esto, nos preguntaremos, ¿cómo somos los fernandúcos?. Para contestar a esta pregunta, como hemos señalado, estudiaremos nuestra historia ya que la historia de los pueblos configurará su forma de ser.
Para dar comienzo, nos situaremos en plena Edad Media, en una tierra, entonces perteneciente a los Caballeros de la Orden Militar de Calatrava que ocupan en esos momentos el Castillo de Calatrava, a orillas del rio Guadiana, a muy pocos kilómetros de nuestro pueblo.
En el año 1212, los Reyes Cristianos de los diversos reinos en que entonces se configuraba Hispania, a las órdenes del Rey Castellano Alfonso VIII, llegarán con sus huestes hasta Sierra Morena, en el paso de Despeñaperros. Tras la derrota de los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa, todo el valle del Guadalquivir se abre a la conquista cristiana. Ante esta situación, los Caballeros de la Orden de Calatrava, van a trasladar su residencia a la nueva frontera cristiana, frente al muro musulmán, y lo harán en el año 1217.
Abandonan el castillo situado junto al Guadiana, que pasará a conocerse, desde ese momento, como de Calatrava la Vieja, y que quedará instituido como una Encomienda, para ocupar frente al castillo de Salvatierra, en el Puerto del Muradal, el Castillo de Dueñas, que tomará el nombre de Calatrava la Nueva. El abandono del castillo de Calatrava la Vieja se hará por varios motivos, como consecuencia de la insalubridad de la zona, por razones eclesiásticas y fundamentalmente para ampliar, hacia el sur, la zona controlada por la Orden. Este cambio de localización originará un desvío de la red vial entre Córdoba y Toledo, hacia el NO.
“Aprovechando” este desvío de la ruta, un caballero de la Orden, llamado Fernán o Hernán, va a fundar una VILLA, Fernán o Hernán Caballero, en el año 1218, y que será habita por gentes independientes, que TENDRAN una serie de PRIVILEGIOS, al ser portadores del “Fuero de Calatrava”. Dato este, muy importante, ya que marcará nuestro ADN.
En base a este Fuero, nacemos no como siervos sino como personas libres, pertenecemos a una VILLA y no a un lugar o sitio o aldea. Somos propietarios de nuestra heredad, que podremos dejar a nuestros hijos o venderla a nuestro criterio; es decir somos propietarios de nuestros bienes; algo que en el liberalismo del siglo XIX se defenderá ardientemente, a nivel universal, con el nombre de “Derecho a la propiedad privada” y que nosotros , ya nacimos en el siglo XIII, con ese derecho.
Así mismo, dentro de nuestros privilegios, podíamos elegir a nuestras autoridades Concejiles, algo muy importante, ya que ellas se encargaban de ejercer la administración y la justicia de nuestra Villa.
Somos, pues una VILLA con personalidad propia, nacida por imperativo calatravo, para dar vitalidad al nuevo camino entre Córdoba y Toledo; por lo tanto somos además, una villa “caminera”. Los caminos, son como las arterias y venas de la tierra por donde van a pasar multitud de gentes de distintas razas, lenguas, costumbres y CULTURAS. Personalidades como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús así como diversos viajeros europeos de los siglos XVII y XVIII serán testigos de nuestra historia.
En el quehacer político democrático, que es el menos malo de las formas de gobierno, cada uno es libre para decidir su futuro mediante el voto, que es algo personal e intransferible, con el cual decidimos lo que queremos, pero sabiendo que hay que respetar el resultado de la mayoría. Por ello, será importante, conocer algunos acontecimientos del pasado histórico de nuestro pueblo que van a definir, a la perfección, la idiosincrasia de nuestras gentes.
La monarquía totalitaria de los Reyes Católicos, que será continuada por los Austrias, lleva a estos a erigirse en Grandes Maestres de Las Ordenes Militares, para dirigir su inmenso poder. Por ello nuestra Villa pasará a depender directamente del Rey (febrero de 1487), aunque no por ello perderemos nuestras libertades.
Por necesidades de la Hacienda Pública, para poder mantener nuestro inmenso Imperio, que como es sabido se extendía por todo el orbe de la tierra; conocida es la frase atribuida a Felipe II de que “en mis dominios no se pone el sol”; para aumentar sus arcas, Carlos V y Felipe II, tiene que recurrir a un sistema jurídico-económico, llamado “Desmembramiento”, es decir, con un grupo de pueblos organizaban un “Señorío” que vendían u otorgaban a familias nobles, por lo que estos pueblos pasaban a ser “pueblos de señorío” dependientes de un Señor.
Como dato a conocer, dada la proximidad de los mismos, os diremos que en el año de 1547, Carlos V va a desmembrar de la Orden de Calatrava, los municipios de Malagón y Porzuna con sus aledaños y aldeas, formando lo que se llamaría el “Señorío de Malagón”. En este señorío no figurará la Villa de Fernán Caballero, por lo que la problemática y pleitos que han mantenido estos pueblos con la Casa de Medinaceli hasta bien entrado el siglo XX, y que se ha llamado de los “Estados del Duque”, no nos ha afectado.
En el año de 1577, el Rey Felipe II para ampliar los terrenos que circundan al Monasterio del Escorial donde se está haciendo su residencia, realiza, no se sabe bien si una venta o un trueque de terrenos con Dña Luisa de la Cerda, viuda del Sr. de Malagon, y en favor de su hija Dña Guiomar Pardo Tavera, mediante el cual Dña Luisa entregaba la Dehesa del Palomarejo, situada en el monte del Pardo y la de la Poveda, en la ribera del rio Jarama, a cambio de que el Rey Felipe II le diese a Dña Luisa de la Cerda “la villa de Hernan Caballero entre Malagón y Ciudad Real”.
Será en este momento cuando pasaremos a depender del Sr. de Malagón.
Dña Luisa de la Cerda y Dña Guiomar Pardo Tavera, no ejercieron su derecho a nombrar nuestros ediles, respetando así, nuestras libertades. Sin embargo su descendiente, D. Diego Pardo Tavera y Ulloa si hizo valer esos derechos, y es, entonces, cuando Fernán Caballero se subleva siendo protagonistas de aconteceres históricos como el ocurrido entre 1621 y 1635. Al persistir en su empeño el Sr de Malagón, Fernán Caballero se atreve a llevarlo a los Tribunales. Nuestro pleito llegará hasta la Chancillería de Granada, que venía a ser lo que hoy llamaríamos Tribunal Superior de Justicia. Como era de esperar, ya que nos enfrentábamos al SEÑOR de un Estado autoritario, perdimos el pleito, pero si demostramos ser de los pocos municipios de España, que en aquel momento, tuvieron un comportamiento de progreso, uniéndonos, en su inicio, al movimiento hacia la igualación social, siendo protagonistas del cambio de mentalidad hacia la modernidad que se estaba produciendo en España en aquel tiempo. Nuestra Villa será una de las pocas que se atreverá a ejercer en ese momento el llamado “derecho de resistencia” difundido por filósofos y pensadores ilustres como el padre Jesuita Juan de Mariana.
Lope de Vega inmortalizó esta actitud, en su obra teatral Fuenteovejuna, que bien podría haber sido Fernán Caballero.
Como decimos, nuestra Villa perdió el pleito pero, dado que los Reyes seguían teniendo necesidad de dinero, también venderan los derechos jurisdiccionales de las villas, por lo que optamos a comprar dichos derechos y así poder elegir a nuestros ediles políticos y jurídicos. Igualmente compraremos nuestros derechos a cobrar las alcabalas (parecido al IVA) lo que revertirá en nuestra economía municipal.
Estas compras nos supuso un esfuerzo económico importante, pero que fue bien administrado. Contrariamente otras poblaciones también lo intentaron pero acabarían arruinándose. A nosotros, lejos de ello, nos proporcionó una vitalidad municipal digna de elogio que la manifestamos realizando la ampliación de nuestra Iglesia Parroquial, dentro de los cánones artísticos del momento, el Renacimiento Herreriano-Toledano, por la clara influencia de la obra constructora del Cardenal Tavera Arzobispo de Toledo. Son los años del Concilio de Trento y de las fundaciones de Santa Teresa. Nuestra Iglesia será un reflejo del buen gusto arquitectónico, que lo demuestra en tantos y tantos de sus elementos, pero sobretodo en nuestra exquisita portada.
Tras este tiempo llegaremos al siglo XVIII y con su inicio, España va a estrenar una nueva Dinastía: la de Borbón de origen francés. Felipe V, será el primer monarca Borbón, quien al igual que su abuelo Luis XIV, asume la idea del “Estado soy Yo”. Su gobierno se va a materializar en multitud de reformas. Este siglo XVIII, como es conocido es el siglo de las Luces y de la Ilustración. Los Monarcas ejercen el Absolutismo. Son paternalistas: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Buscan la prosperidad de su pueblo, por lo que elaboran grandes reformas. Lógicamente, dichas reformas también llegaran a Fernán Caballero.
El Marqués de La Ensenada, va a mandar realizar un Catastro de cada uno de los pueblos de España. Este Catastro será una fuente histórica sumamente importante en datos socio económicos de cada uno de ellos. Patro y yo, transcribimos el referente a nuestro Municipio para nuestro libro, lo que nos permitió conocer, fielmente, la vida de nuestro pueblo. Si os aproximáis al mismo, podréis saber, como eran las calles, quienes habitaban las casas, cuáles eran las ocupaciones de esas personas, de que vivían, sus nombres y apellidos, etc, etc.
Tras este recorrido, hecho a grandes zancadas, llegaremos al siglo XIX. Y !ay Dios! ¡Qué siglo! Siglo convulso, contradictorio y revolucionario, pero que para cualquier historiador, su estudio resulta fascinante.
Nuestra España será como aquel adolescente que tantos problemas acarrean a los padres. Los adolescentes inducen todas las interrogantes y las quieren resolver ¡ya! Sin darse cuenta que para llegar a la madurez, se necesita recorrer un largo camino, de ilusiones, desilusiones, esperanzas y desesperanzas. En el caso de los pueblos, la HISTORIA, con mayúsculas, será la Gran Maestra, que a pesar de todo, nos conducirá a la felicidad que consiste en el entendimiento y el respeto “al otro”.
Comenzamos el siglo XIX con nuestra primera Carta Magna: La Constitución de 1812, que proclama la Soberanía Nacional. Es decir, el poder reside en el pueblo, por lo que defiende la libertad individual.
Resaltemos pues, ahora, en el siglo XIX, que Fernán Caballero que ya desde el siglo XIII, cuando es fundado como Villa y bajo el “Fuero Calatravo”, va a disponer de esa libertad. Libertad que nos costó defender “con uñas y dientes” pero que la conseguimos mantener.
Otro punto de sumo interés para la historia de nuestro pueblo en este siglo XIX, será el que afecta a la llamada “Liberalización de la propiedad de la tierra” también conocida como “Desamortización”. Fernán Caballero lo supo hacer muy bien.
Nuestros antepasados se unieron en grupos, representados por una persona para adquirir extensiones de terrenos importantes y que luego se repartían entre ellos. De esta manera, les propiciaba poder participar en las subastas de una forma segura. Esta idea facilitó que el proceso de desamortización en nuestro pueblo fuese abierto y no cerrado y “nuestras tierras” no cayeran en manos de unas pocas fortunas. Con ello se consiguió una desamortización del 46,2 % de la superficie cultivable, cifra muy superior a la de otros municipios colindantes.
Este dato, será importantísimo, pues en aquellos momentos el derecho a voto, estaba ligado a ser propietario de tierras, por lo que nuestro censo electoral, es decir personas con derecho a voto, fue muy elevado comparándolo con poblaciones vecinas. En nuestro pueblo había un 18 % de votantes, mientras que en pueblos cercanos, con mayor número de habitantes, oscilaban entre el 1-5 %.
El poder participar en la vida pública, nos proporcionó una madurez política que en otros lugares se echaría en falta.
Llevados por nuestro afán de progreso, nos llevó a conseguir que uno de los grandes acontecimientos de España en este siglo, el trazado de los caminos de hierro, el ferrocarril, tuviera en nuestro municipio una estación, a pesar de que existía otra muy cercana (4 kms) en Malagón.
El 3 de febrero de 1879, el Rey Alfonso XII, acompañado por el Presidente del Gobierno, D. Antonio Cánovas del Castillo, inauguraba nuestra Estación de Ferrocarril.
Comienza el siglo XX. España está sumida tras la pérdida de nuestro Imperio Colonial, en un “pesimismo nacional” que dará origen a la llamada “generación del 98”.
En política, para contrarrestarlo surgirá el ”regeneracionismo”, primordialmente en la agricultura. Es entonces, cuando D. Rafael Gasset, uno de los políticos liberales más importantes del momento, como conocedor de nuestra idiosincrasia de gentes abiertas al progreso, piensa en Fernán Caballero, para llevar a cabo su “política hidráulica”. De todos es conocida, la amistad, la simpatía y predilección que D. Rafael Gasset, tenía por Fernán Caballero atreves de nuestro gran convecino y gran amigo suyo D. Macario Dorado.
El siglo XX lo iniciaríamos, pues, con otro gran acontecimiento de adelanto. El 30 de septiembre de 1900 se comienzan las obras del embalse, llamado en aquel momento Pantano de Navarredonda.
Junto al embalse de Tibi en Alicante, seremos de los primeros en España de gozar de esta política hidráulica La construcción del Embalse nos traería años de prosperidad.
Pero, a veces la historia se escribe con letras minúsculas, y si en el año 1635 tuvimos que enfrentarnos a unas leyes señoriales “inexorables” de un Estado Estamental que nos obligaría con gran esfuerzo, a comprar nuestras libertades, 324 años más tarde nuestro pueblo junto con nuestro alcalde en ese momento, D. Saturnino Jiménez Gómez, se tuvieron que enfrentar a unos políticos “miopes” y “provincianos” que para dar solución a un problema de abastecimiento de agua a la población ciudarraleña, de forma fácil, económica y rápida, no tuvieron escrúpulos en arrebatarnos más de la mitad de nuestros metros cúbicos de agua de nuestro embalse, reduciendo de tal forma, nuestra superficie de tierra de regadío, lo que CONDENÓ a muchos de nuestros convecinos a emigrar, para sobrevivir , a los suburbios de las grandes ciudades, sufriendo en muchos casos el desarraigo que conlleva toda emigración.
Ese Alcalde que exigió justicia a través de una carta en febrero 1959, dirigida al entonces Ministro de Obras Públicas General D. Jorge Vigón, de la cual no obtuvo respuesta y que en mayo de ese mismo año, cuando, por razones de su cargo tuvo que acudir a recibir a las autoridades provinciales y al señalado Ministro, no le temblaría la voz para recriminar y exponer, que este hecho, significaba la ruina de su pueblo y condenar a la mitad de la población a emigrar. Al día siguiente, dado el momento político autoritario que vivía España fue cesado de su cargo.
A estos políticos, poco recomendables, no les interesan las gentes que defienden sus derechos.
Finalmente, y no queriendo cansaros más, de esta breve referencia a algunos acontecimientos claves, en la larga historia de nuestro pueblo (800 años) podemos extraer las siguiente conclusiones sobre el carácter y personalidad de nuestras gentes:
1.- El fernanduco siempre ha sido libre. Así nació lo que forjó su carácter independiente.
2.- Fernán caballero nace en un camino de transito, de gentes muy diversas, lo que propiciaría que las sucesivas generaciones que se asentaron en sus tierras, hayan sido abiertas, tolerantes y con una amplia visión de la realidad y circunstancias que les tocó vivir.
3.-El fernanduco /a ha sido siempre una persona luchadora en defensa de sus libertades.
4.- Y por último, su abierta mentalidad, les llevó a que en épocas donde existían fuertes restricciones, a que pudieran ejercer su derecho a voto para elegir a sus representantes, ejercieran sin vacilar su “derecho de resistencia” a quien se lo impidiese, lo que es prueba manifiesta de su madurez ciudadana.
Todo esto debe hacernos sentirnos orgullosos de nuestro pasado y mirar el futuro con el ánimo de que las generaciones venideras se sientan también ostentosas y portadoras de este legado del que no muchas poblaciones, como la nuestra, pueden presumir.